La utilidad del Censo en Inglaterra y Gales

Si queréis aprender más sobre la genealogía en el Reino Unido, este libro os resultará muy práctico.

Si queréis aprender más sobre la genealogía en el Reino Unido, este libro os resultará muy práctico.

Si algún día vuestras pesquisas genealógicas os llevan a cruzar el Mar Cantábrico hasta las islas británicas, entonces es posible que este artículo os sea de interés. Muchos de vosotros habréis usado en más de una ocasión el padrón de habitantes de la localidad de la que procedían vuestros antepasados. Esos padrones, o censos, son fuentes de información sumamente útiles, pues graban de manera instantánea un momento único en la vida de nuestros ancestros, y os aportarán datos que seguramente os permitirán completar y/o avanzar en vuestra investigación familiar.

El Reino Unido, y más concretamente Inglaterra y Gales, son que yo sepa unos de los primeros países europeos en haber realizado censos de manera periódica y estructurada, que procuraban recoger los nombres de toda la población nacional. Era, como os podréis imaginar, una tarea de dimensiones goliáticas, y naturalmente se produjeron numerosos errores y han quedado considerables lagunas; pese a ello, son quizá la mejor herramienta de la que dispondréis si vuestros antepasados vivieron en el Reino Unido con posteridad al año 1841.

Los primeros intentos para levar a cabo un censo en Inglaterra se remontan al medievo. De hecho, desde el Domesday Book (o Libro de Winchester) de 1086, las autoridades británicas se han interesado por el número de ciudadanos que contaba cada núcleo urbano. Algunos condados y ciudades tomaron su propia iniciativa en siglos posteriores, y se llevaron a cabo padrones relativamente detallados durante el Renacimiento, aunque no sería hasta el año 1800 que se legisló a nivel nacional para que se llevara a cabo un censo estandarizado de toda la población inglesa y galesa (Escocia fue un caso aparte del que quizá hable en otra ocasión).

Así, el primer censo se llevó a cabo el lunes, 10 de marzo de 1801 bajo la autoridad de oficiales parroquiales (en Inglaterra y Gales) y maestros de escuelas (en Escocia). Lo mismo sucedió cada diez años (en 1811, 1821 y 1831) hasta que en 1841 el Gobierno tomó cartas en el asunto. Es a partir de dicho año que se cuenta con información de toda la población a nivel nacional. Todos los censos posteriores (con la salvedad del de 1941, que no tuvo lugar al coincidir con la Segunda Guerra Mundial) se celebraron cada diez años, aunque, como veremos a continuación, contenían diferencias respecto a cada edición anterior.

El censo de 1841 se llevó a cabo la noche del 6 al 7 de junio de dicho año; sorprendentemente, sólo se recogían las edades exactas de aquellas personas que tuvieran 16 años o menos; la edad de los mayores de 17 quedaba pues redondeada a la baja por cinco años (así, alguien que aparezca como si tuviera 30 años podría en realidad tener entre 30 y 34 años), y era preciso mencionar si un individuo había nacido en el mismo condado en el que residía entonces (sin especificarse, de lo contrario, de qué población procedía). También se especificaba la profesión del individuo (normalmente los varones, aunque también había casos entre la población femenina). Hay que decir que este censo alberga ciertas omisiones importantes, como por ejemplo no cita a cientos de mineros que se encontraban trabajando en aquellos momentos en el fondo de las minas, así como marineros que se encontraran a bordo de barcos atracados en puerto.

Los censos los llevaban a cabos oficiales gubernamentales y de la parroquia, o bien maestros de escuela. Fuente The National Archives.

Los censos los llevaban a cabos oficiales gubernamentales y de la parroquia, o bien maestros de escuela. Fuente The National Archives.

El de 1851 introdujo diversos cambios que favorecen la tarea de cualquier genealogista; celebrado durante la noche del 30 al 31 de marzo de 1851, este padrón recogía el número de familias (en vez del número de casas, tal y como se había registrado diez años antes). También era necesario mencionar la parroquia o aldea en la que había nacido cada individuo, aunque en caso de los extranjeros sólo era obligatorio decir «ciudadano británico» – esto podría inferir que dicho individuo había adquirido la nacionalidad británica, era un simple residente en el Reino Unido, o había nacido en una colonia británica. A diferencia de 1841, en esta ocasión sí se decidió incluir a marinos que estuvieran en los puertos pero, curiosamente, no se censó a los habitantes de casas-barco fluviales. Como elemento adicional hemos de mencionar la pregunta que se incluyó respecto a la salud de la población, pues era necesario estipular si una persona era sorda, muda, ciega o dementada.

Los censos de 1861 y 1871 tuvieron lugar la noche del 7 al 8 de abril de 1861 y la del 2 al 3 de abril de 1871, respectivamente. Las diferencias entre ambos son mínimas; aparte de plantear las mismas preguntas que en 1851, el censo de 1861 incluía una sección aparte para personas que se encontrasen a bordo de buques británicos en alta mar así como atracados en puerto.

El censo de 1881 se recogió la noche del 3 al 4 de abril de dicho año, e incluía una columna especial en caso de que un individuo fuese «lunático», «imbécil» o «idiota» (términos que, afortunadamente, han caído en desuso, al menos en su sentido médico).

El censo de diez años después, es decir, de 1891, fue realizado la noche del 5 al 6 de abril. Al contrario que sus predecesores, no contiene índice, por lo que localizar a vuestros familiares dependerá de que sepáis dónde vivían. El censo de 1901, esencialmente idéntico al anterior, fue recogido la noche del 31 de marzo al 1 de abril.

El censo de 1911 es, hasta la fecha, el último censo británico que se puede consultar, debido a la moratoria de un siglo que ha de pasar entre su redacción y su publicación. Este censo contiene páginas individuales por unidad familiar, lo cual resulta muy práctico al mencionar también el número de habitaciones con las que contaba la casa – lo cual nos dará una idea sobre lo bien o mal que vivían nuestros ancestros. Una novedad significativa respecto a las ediciones anteriores son las columnas dedicadas a los años que llevaba casado cada individuo, cuántos hijos vivos habían nacido de dicha unión, y cuántos hijos le quedaban vivos en el momento que se realizó el censo. Esa información a menudo se omitía si la persona era viuda, aunque tuviera hijos.

El siguiente censo que se ha de publicar, el de 1921, será de acceso público en unos cinco años, pero algunas páginas web como FindMyPast dan acceso al llamado Registro de 1939, un documento muy parecido a un censo que se recogió poco después de estallar la Segunda Guerra Mundial, y que serviría para realizar estadísticas y así permitir una producción adecuada de cartas de racionamiento. Es, como comprenderéis, una herramienta de suma utilidad mientras el censo de 1921 no salga a la luz.

Los censos de Inglaterra y Gales se pueden consultar en Internet; algunas páginas gratuitas como FamilySearch ofrecen transcripciones más o menos detalladas, mientras que otras de pago como Ancestry permiten consultar las imágenes originales escaneadas.

Este extracto del censo de 1911 muestra a la hermana de mi tatara-tatarabuela, residiendo a sus 94 años con su hija en una casa de dos habitaciones.

Este extracto del censo de 1911 muestra a la hermana de mi tatara-tatarabuela, residiendo a sus 94 años con su hija en una casa de dos habitaciones en el condado de Herefordshire. Fuente: Ancestry.

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