Galicia

Si vuestros antepasados eran de origen gallego, será necesario que os familiaricéis con algunas nociones básicas sobre la historia, la geografía y la división administrativa de Galicia para poder saber dónde centrar vuestra investigación genealógica. Naturalmente, lo que sigue es una enorme simplificación de unos temas sobre los que os animo a leer y estudiar con mayor detenimiento.

Geografía

Galicia es una comunidad autónoma española, localizada en el noroeste de la Península Ibérica. El Océano Atlántico baña sus costas al oeste y al norte, mientras que parte del río Miño separa Galicia de Portugal por el sur; al este, Galicia comparte una frontera principalmente montañosa con dos otras comunidades autónomas: Asturias, y Castilla y León (provincias de León y Zamora). Además del territorio continental, Galicia también incluye varios archipiélagos de gran valor histórico y natural.

El relieve geográfico de Galicia es por lo tanto muy variado, dado que además incluye rías por toda su costa así como un relieve montañoso en el interior. La mayor parte de la orografía gallega presenta elevaciones bajas y romas alrededor de las cuales serpentean el gran número de ríos que, junto con un clima húmedo y lluvioso, hacen que Galicia sea una región provista de una flora notablemente rica.

Las rías – entradas del mar en la tierra, donde las aguas del Atlántico se mezclan con el agua dulce de los ríos que en él desembocan – se suelen dividir en Rías Altas (al norte del Cabo de Finisterre) y las Rías Bajas (al sur de dicho cabo), y son una importante fuente de pesca no sólo para Galicia sino para toda España. Se calcula que en Galicia hay más de 300 archipiélagos, islotes y peñascos. Por otro lado, las montañas de Galicia ofrecen un paisaje suave marcado por vastos montes de pinos, castaños, robles y eucaliptos, así como por pequeñas explotaciones agrarias (minifundios).

Historia

Los primeros indicios de poblaciones humanas en la actual Galicia se remontan al Paleolítico inferior (hace 300.000 años). Diversas culturas y pueblos vivieron en Galicia durante los milenios que le siguieron, siendo los celtas el pueblo que mayor interés popular ha despertado entre los gallegos en la última centuria.

El nombre de Galicia deriva del latín Gallaecia, término adoptado por los romanos, quienes administraron el territorio desde el año 23 a.C. hasta el siglo V de nuestra era. La invasión de los suevos, un pueblo germánico, puso fin al dominio de Roma. Éstos fueron a su vez desbancados por la llegada de los visigodos en el año 585, a los que seguirían los pueblos árabes en torno al año 715. Sin embargo, la presencia de invasores islámicos en Galicia fue de corta duración (apenas unos años), y Galicia fue rápidamente incorporada al llamado reino de Asturias, de religión cristiana, del que se escindiría bajo el nombre de reino de Galicia.

La titularidad del reino de Galicia pasó en diversas ocasiones a los reyes de León y de Castilla, pasando a ser incorporado definitivamente a la corona castellano-leonesa durante el medievo. El comienzo del culto al Apóstol Santiago, ostensiblemente enterrado bajo la actual catedral en Santiago de Compostela, otorgó a Galicia un importantísimo papel cultural que ha convertido a la ciudad en la tercera capital de la cristiandad en el mundo, por detrás de Roma y Jerusalén.

A pesar de la fama e importancia que adquirió Galicia, la Edad Media fue un período convulso. Las sublevaciones que tuvieron lugar en los siglos XIV y XV, como la Revuelta Irmandiña o la guerra civil entre Isabel la Católica y Juana la Beltraneja, condenaron a que Galicia fuese relegada a ser una región económicamente pobre y financieramente dependiente de la corona castellana.

Galicia fue el escenario de varios intentos de invasión y de batallas frente a fuerzas extranjeras. La revolución industrial apenas dejó huella en Galicia, cuya población comenzó una emigración masiva a otros centros urbanos de España así como a diversos puntos de América.

La historia de Galicia durante el siglo XX, como la del resto de España, se vio macada por la proclamación de la Segunda República Española (1931), el estallido de la Guerra Civil Española (1936) y la instauración de la Dictadura del General Franco (1939), así como la proclamación de un sistema constitucional bajo una monarquía parlamentaria en 1978.

División Administrativa

Galicia es una de las 17 comunidades autónomas en las que se divide España. Su capital administrativa es Santiago de Compostela, sede además de la universidad más antigua de la región (1495). A su vez, Galicia se divide en cuatro provincias: La Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra. La ciudad más poblada es Vigo, en la provincia de Pontevedra. Otras ciudades, como Ferrol, han desempeñado un papel sumamente importante en la historia de Galicia.

Galicia cuenta actualmente con 313 municipios (concellos, en gallego) y ni más ni menos que 3.778 parroquias. Las parroquias son la división territorial tradicional de cada municipio, y continúan siendo la unidad territorial empleada por la Iglesia Católica en su administración habitual. Una parroquia puede además contar con los así llamados lugares, pequeñas aldeas sin categoría administrativa propia.

Lenguas

Durante su historia, por Galicia han pasado un gran número de pueblos que en alguna medida han dejado su huella en la cultura y, cómo no, en la lengua que hablan los gallegos. Actualmente Galicia tiene dos lenguas co-oficiales, el gallego y el castellano, siendo el gallego reconocido como «la lengua propia» según su Estatuto de Autonomía.

Aunque son mutua y perfectamente inteligibles, la verdad es que el gallego se asemeja más al portugués que al castellano. Esto es porque éstas comparten un tronco lingüístico común hasta el siglo XII, cuando Portugal logró su independencia; ya en el siglo XV tanto el gallego como el portugués eran ya lenguas plenamente diferenciadas.

Los diversos cambios de régimen, así como la presencia de diversos pueblos en la actual Galicia, lógicamente han dejado su huella también en la toponimia gallega. Muchas localidades cuentan con un nombre en gallego y otro en castellano, favoreciéndose en la actualidad la denominación gallega, por ser ésta la oficial. No obstante, dado que en el estudio histórico de dichas localidades encontraremos frecuentemente la forma castellana de dichos nombres, en esta página utilizaré la forma castellana seguida de la gallega entre paréntesis, para reflejar la diferencia entre exónimos propios de la lengua castellana (idioma en el que, al fin y al cabo, estoy escribiendo), y endónimos propios de la lengua gallega. Así, me referiré a localidades como La Coruña (A Coruña) y no exclusivamente a A Coruña, o Finisterre (Fisterra) y no simplemente Fisterra.